“El robot social se basa en la premisa de que es la interfaz informática más natural e intuitiva para los humanos”, asegura Sammer al Moubayed, CEO de Furhat Robotics, empresa sueca especializada en el diseño y fabricación de robots sociales destinados a interactuar con personas.
Furhat está pensado para establecer una comunicación lo más similar posible a la que establecemos entre los humanos, para ello, su rostro muestra expresiones acordes a la conversación, dispone de paquetes de voces en 30 idiomas distintos, su rostro es una pantalla personalizable y mantiene el contacto visual con su interlocutor, entre otras características.
Moubayed tiene claro que este tipo de robots serán cada vez más habituales: “lo único que hay que determinar es dónde serán útiles estas máquinas en los próximos años y cómo los integraremos en la sociedad”. De momento, uno de los robots de Furhat atiende al público en el aeropuerto de Frankfurt y tienen acuerdos con compañías del mundo del espectáculo como Disney. Es evidente que estos robots sociales son adecuados como informadores, pero el futuro cercano puede depararles otras funciones como formadores de personal, o trabajando en recursos humanos, ya que pueden programarse para ser absolutamente objetivos y eludir cualquier sesgo discriminatorio en una entrevista de trabajo. Aunque podría objetarse que tanta relación con inteligencias artificiales dibuja un mundo deshumanizado, Moubayed opina lo contrario... cree que con los robots desarrollaremos mayores habilidades sociales: “Tenemos muchas tecnologías que en la actualidad no son óptimas y que utiliza todo el mundo. Consideramos a los robots como una herramienta para que la humanidad vuelva a la sociedad”.