Los alimentos que manchan los dientes tienen dos características: La acidez (o sea, un pH ácido, por debajo de 7) y los pigmentos. El agua y la saliva tienen un pH neutro de 7.
El ácido graba la superficie del esmalte (lo descalcifica a nivel microscópico) y luego el pigmento entra en esas microrranuras quedando la mancha.
Un mismo alimento puede tener las dos propiedades (graba y tiñe) como el café, el té o un refresco de cola. O puede actuar primero un alimento ácido que graba (como el limón) y luego otro que tiñe como el vino.